jueves, 25 de noviembre de 2010

HUESERO!!!!!!!

Cuando era pequeño algunas veces tuve la oportunidad de escuchar ese nombre, huesero, que por asociación simple pensé en ese momento a alguien que te hacía algo con huesos. Años después, con toda la actividad que puede tener un sedentario, un pensamiento iracundo me hizo salir de esa línea. Estaba en una reunión de padres de familia en un recóndito lugar de Pocollay, alguien por ahí dijo, por qué no un partidito de futbol; nos agrupamos de a seis, en un campo de tierra y algo de pasto y huecos. Todo estuvo bien hasta que fungiendo de defensa recibí un manotazo en un intento de cabecear, me removieron la nariz pero aún sigue ahí. El que me golpeó ni cuenta se dio y no sé si había árbitro para entonces, porque creo que le dio hambre y salio sin más del campo. Llegando al minuto diez del primer tiempo, ya algo agotado, decidí seguir y recordar mi temperamento deportivo de adolescente, hasta que en un contraataque, la espalda me empezó a doler. Era natural que me doliera, y seguí hasta terminar el juego. Ganamos ese fue mi consuelo al dolor.

Aún era temprano y tuvimos que estar participando de la actividad. Mi espalda me dolia, y no le dí importancia. Al día siguiente el dolor no me abandono. No le dí importancia, hasta que después de tres días y torcido a empujones me llevaron a un huesero. Era de noche cerca de las ocho de la noche de un miércoles. Estaba cerrado, y después de persistir tocando, una señora llamó a su esposo que algo descontento preguntó, quién esta mal, era de noche y no había alumbrado público en su calle. Mi esposa y su amiga me señalaron y el señor accedió a regañadientes. Sin muchas palabras señaló un lugar de espera, y a mí me hizo pasar a su consultorio.


A diferecia de la imagen, yo estaba con el torso desnudo y con el pantalon algo más abajo. boca abajo. Es difícil estar relajado en esa situación. Sin decir más que, Uyuyuy, empezó su trabajo de acomodación a fuerza. Sólo miraba sus pies ir de izquierda a derecha y viceversa por el hoyo de la camilla. oiga ud, me dijo que ha estado haciendo que a quedado así, le relaté mis actividades del domingo. Después de otros ajustes terminó y me dijo, okey ya puedes vestirte y no hagas fuerzas.

Después de todo quedé bien, hice ejecicios para no perder la costumbre hasta que se me pasaron los ánimos deportivos. Ahora yo recomiendo a todos ir al huesero, para que no jodan luego y así sean mas mesurados en sus actividades. No es parecido al dentista que te hace doler un poquito para curarte, un huesero trata de evitar eso mismo porque si no acomoda
sencillamente lo tiene que hacer como pueda para que no siga el dolor. Y eso si que es un AUCH en mayuscula.

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