
No recuerdo, lo que ella hizo cuando, yo en sus brazos grité. Tal vez nací en el día de su cumpleaños. Pero es innegable todo lo que hace por mí, como perdonarme las mil y un travesuras, entre ellas, el incendiar el mantel de la mesa un sabado por la tarde, o rayar las paredes del comedor con cholate para taza sin azucar; esto quizá no hubiera ocurrido si el chocolate no fuera amargo. Pero en ningún momento conocí su mano castigadora, por el contrario el abrazo conciliador era la forma de reprenderme. Una madre es lo que une al hombre al sentimiento del amor, y ternura. No he conocido otro sentimiento igual. Y los más probable es que los obsequios que le demos no saciarán su noble corazón que sí lo haga un abrazo y un sentido te amo mama. Feliz día desde esta ventana sencilla.
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